El arte de la economía
Por Santiago Giordano
Nada sobra. Sin embargo, la sensación de que mucho podría suceder ronda continuamente su música. Para Rodrigo Domínguez, la economía, entendida como la capacidad para administrar reservas, es una forma de arte. El saxofonista, uno de los más inquietos de lo que con cierto espíritu corporativista podríamos llamar ‘jazz argentino’ –eso que nadie podría asegurar que existe, pero que suena, suena–, publicó hace algunas semanas para el sello SMusic Presencia, un disco con ocho composiciones propias en las que lleva más allá el concepto de Soy sauce (2008), el trabajo en el que recrea temas de Luis Alberto Spinetta.
A partir del mismo orgánico instrumental –saxo, guitarra, batería y contrabajo–Domínguez afina sutilezas y se fortalece en cierto ascetismo que en su cuidado de iluminar detalles traza un estilo. Cada músico del cuarteto es imprescindible en la construcción de ese sonido que no desperdicia brillos ni asperezas. En este sentido, la guitarra de Juan Pablo Arredondo aparece como un interlocutor atento, que con pertinente variedad tímbrica teje sugestivos contrapuntos o se apoya en unísonos con el saxo, o se despliega como conductor armónico sostenido por una base que cuidadosa de no aparecer maciza suena sólida. Desde atrás, Jerónimo Carmona en contrabajo y Sergio Verdinelli en batería –capaz de usar los platos con notable discreción– sostienen y colorean con plástico sentido del ritmo. Adelante, Domínguez saca de su tenor un sonido cálido y terso, que no se descompone en los extremos y aún en cuando apela a los armónicos o sobreagudos mantiene su registro expresivo.
La música de Domínguez parte de un gesto distendido que en su desarrollo logra animar diálogos encantadores o solos de notable belleza, sin necesidad de recargarse. En temas como el despreocupado Mañanero, el penetrante Presencia, o el más tenso Los puentes no mienten, por ejemplo, se revela la síntesis de las influencias que un oído atento puede recoger, maneras que reconducen a una selecta genealogía del jazz moderno.
Una buena pregunta 